sábado, 5 de octubre de 2013

El caimán presumido




El caimán era el rey del lugar, todos los animales le temían, porque era conocido por su rapidez al atacar, su lustrosa armadura y sus filosos dientes. Era tan silencioso que en el lugar le decían el fantasma verde, nunca se sabía cuando iba a arremeter, aparecía por debajo del agua y devoraba a sus presas de un bocado. Era muy rápido a pesar de su pansa grande como un tambor, a la bella garza, la rana cantora, el tapir gracioso, había hecho sentir sus fuertes mandíbulas, como a muchos otros amigos del lugar.
Luego de haber devorado a una presa se volvía a su isla de arena a tomar sol y dormir una siesta.
Un día el yaguareté observó como el caimán no dejaba bicho caminando, y como se paseaba presumido por las costas del río, además estudió con detenimiento la táctica que utilizaba para cazar a sus víctimas, por lo que decidió hacer lo mismo, fue al ras del agua con el mayor cuidado posible, y cuando estuvo en la arena se lanzó sobre el caimán, no dándole tiempo ni para pensar lo que estaba pasando. Así fue como terminó los días del reinado del caimán, y los animales del lugar repiten este refrán el que a diente mata, a diente muere.
                                        
Pablo Martín Gallero

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