lunes, 30 de septiembre de 2013

La oveja astuta




En una pradera vivían muchas ovejas con tranquilidad y felicidad. Pero algo estaba pasando en el grupo, cada tanto desaparecía una oveja. Lo raro es que nadie sabía lo que estaba pasando, porque no había lobos por esos lugares. Una tarde la oveja líder fue a consultar al oso sabio que vivía en una larga cueva.
_ Permiso dijo la oveja _
_ Anda pasa, no tengas miedo, no te hare daño, vivo de la gratitud de los animales; ¿qué te trae por aquí?_
La oveja dejo un pescado en el suelo y le preguntó_ hace mucho que cada semana desaparece una oveja del grupo y nadie sabe porque, podrías tener alguna idea de lo que está sucediendo en el rebaño._
_ ¡Nada es lo que parece! _ Contestó el Oso_ hace mucho oí hablar de un lobo que se vestía de oveja y cuando todas dormían se llevaba una; dicen que como las ovejas eran tan egoístas, no se dieron cuenta que su vecina estaba desapareciendo, y fue así que no quedó ninguna.
_ ¿Qué puedo hacer para que esto no nos pase? ¿Cómo me doy cuenta que hay un lobo dentro del grupo?
_ Tienes que prestar atención a lo que hace cada oveja, verás que si levantas la vista por un rato, te darás cuenta que al árbol se lo conoce por sus frutos, nunca has visto a un lobo comer pasto ¿o sí? Además fíjate e la mirada, los ojos son espejos del alma.
Agradecida por los consejos la oveja emprendió el viaje de regreso. Cuando llegó al rebaño no dijo nada a nadie y se puso a observar. En poco tiempo se percató de que había una oveja que se pasaba oliendo a las demás, que no comía pasto, y que tenía una mirada que daba miedo. Entonces busco a sus hermanos, el plan era que esa noche iban a hacer un traje de un oso, pues los lobos le temen. Cuando se hizo la noche esperaron a que una oveja se levantase, sabían que esa sería el lobo dispuesto a hacer sus fechorías, en ese momento aparecieron 5 ovejas una encima de la otra, con un traje de oso. Tanto miedo dio al lobo que corrió sin parar y nunca más regresó. Y así gracias el valor y astucia de las ovejas que enfrentaron el problema volvió la paz al rebaño.

Pablo Martín Gallero

jueves, 26 de septiembre de 2013

El canto del Zorzal




Había una vez un zorzal que cantaba todos los días, cantaba tan lindo que hasta las hormigas dejaban de trabajar para poder escucharlo. El Hornero en cambio se tapa las orejas, porque de chico sus padres lo mandaron a una escuela de canto pero lo único que salía de su pico eran unas notas desafinadas.
_ ¿Ay, ya cállate! _ le gritaba desde la puerta de su linda casa de barro.
El zorzal hacia como que no lo escuchaba y seguía cantando. Un día el Hornero preparo unas bolas de barro para arrojárselas al zorzal cuando este cantase. Así pasó, le acertó en el pico y el zorzal cayó en picada. Angustiando y con dolor se fue volando para otros lugares donde poder cantar.
Al cabo de unos días, el Hornero se dio cuenta que el canto del zorzal hacía que el sol brillase mas lindo, era una melodía bella que el por envidia no supo escuchar, pero ahora que no estaba la extrañaba, y tomó conciencia de lo malo de su actuar.
Entonces fue a buscar al zorzal.
_Vuelve le dijo, todos los animales extrañan tu canto _
 El zorzal le contestó: _ Nunca voy a poder hacer una casa tan bella como la tuya hornero, no lo sé hacer, no está en mi naturaleza, pero si cantar, es par lo que he nacido, es lo que me hace feliz.
_ Si, dijo el hornero, me comporte mal, perdóname, para revertir el mal que he hecho voy a hacerte una casa para que puedas vivir en el árbol vecino.
Y así el horneroy el zorzal se hicieron grandes amigos.

Pablo Martín Gallero